Evolución de conciencia

«PANDEMIA»

 

Nadie podría haber imaginado la situación por la que estamos pasando, pues parece más bien una película de ciencia ficción. La rutina ha cambiado, y la libertad se ha visto limitada a unas mascarillas con las que andamos amordazados, a través de las cuales es difícil la expresión. Pero sobre todo, sufrimos la ausencia de besos y abrazos, los cuales nutren y endulzan  la vida de cada ser. Le llaman «la nueva normalidad», a todo lo que representa la enfermedad, pues es en realidad el calor humano a través del amor expresado, el que nos llena de fuerza para combatir cualquier adversidad. No se nos puede cortar las alas para volar, pues somos seres libres para expresar, así como tampoco esconder la sonrisa, porque si no lo hacen los labios, serán los ojos los que sonreirán. No existe cambio sin crisis, ni evolución sin destrucción, por lo tanto no permitas que el miedo limite tu caminar, y confía en que esta situación de dificultad nos reforzará.

Es cierto que debemos ser cautelosos y responsables, pues la situación lo requiere, sin embargo, no es el miedo el que debe invadir nuestras vidas, ya que a través de él nuestra visión de la situación se vuelve confusa, además de que limita nuestra capacidad para tomar decisiones como seres inteligentes que somos. Nadie podría haber predicho que el mundo entero se iba a detener, debido a un virus que no entiende de fronteras ni de lenguas ni de culturas ni de guerras, ya que nos trata a todos por igual sin distinción. Algo de lo que bien podríamos aprender, ya que es la realidad de lo que somos, más allá del concepto de separación que el ser humano tiene de sí mismo, para con los demás y con toda la creación en general.

Cierto es que no es una situación fácil, sobre todo el tiempo que nos vimos volcados a vivir un encierro, donde llegamos a ser prisioneros en nuestro propio hogar, además de forzados a alejarnos de los seres queridos. No se podía ir a trabajar ni a hacer deporte ni tan siquiera a pasear, por lo que para muchas personas este episodio se convirtió en una auténtica pesadilla de la que pensaron que no iban a despertar. Con todo ello, los medios de comunicación no ayudan demasiado, pues no cesan de hablar de víctimas y caos día y noche, lo cual genera miedo y angustia en la población, sobre todo en aquellos que los siguen en todo momento, en un intento desesperado de estar informados sobre los acontecimientos. Sin embargo, un continuo goteo de mensajes negativos no puede aportar nada positivo, por lo que en vez de ayudar, lo que genera es la oscuridad, es decir, la depresión en la sociedad y por lo tanto la debilidad.

La fuerza reside en el interior de cada uno de nosotros, y para mantenerla viva es indispensable alimentarla con positividad y confianza. Esto implica protegerse de todo lo negativo que nos pueda debilitar, manteniendo nuestro poder para afrontar cualquier tipo de adversidad. En aquel momento en el que se paralizó todo, también lo hizo nuestra respiración, pues hemos entrado en una situación de incertidumbre que nos causa un gran temor, y debido a esto se ha creado desconfianza y mucha tensión, sin embargo, es justo en ese punto de la nada, donde las oportunidades aparecen y nuestra creatividad fluye libremente, mostrándose aspectos de nosotros que se mantenían ocultos bajo la actividad frenética del día a día, a la que estábamos acostumbrados. Para la gran mayoría es una situación caótica, si bien esto es cierto, también lo es que no podíamos continuar en la misma línea de vida que el ser humano tenía, pues las guerras, el hambre, la enfermedad y el abuso a los más desfavorecidos existía antes de que el Covid llegara a nuestras vidas.

Sin duda, nos encontramos en un momento de la reflexión, de hacer un ejercicio de humildad para mejorar tanto a nivel individual como colectivo. En este desastre se encuentra la oportunidad de aprender y evolucionar hacia un estado de ser más inteligente, pues no debemos olvidar que es a causa del mismo ser humano que hemos llegado a este punto en el que nos encontramos. Por lo tanto, la solución no pasa por acabar únicamente con la pandemia, sino por un cambio de conciencia de la humanidad, y este empieza en el interior de cada uno de nosotros.

 

2 comments

  1. Víctor

    Buen artículo, coincido contigo en el planteamiento. Para mí, lo más duro ha sido vivir en duelo y en pandemia. El roce, los besos, los abrazos, es lo que más echo de menos

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