La ansiedad es muy común en nuestra sociedad hoy día, existen demasiadas presiones, demasiado miedo. ¿Pero, por qué aparece?
Cuando un cúmulo de circunstancias nos supera por situaciones que no podemos o no sabemos controlar, solucionar, soltar o aceptar, nuestra mente se acelera y entra en un remolino de pensamientos desordenados difíciles de frenar.
Esto nos lleva a sentirnos confundidos, muy vulnerables y bloqueados porque no podemos ver una salida.
Por regla general no sabemos qué nos está ocurriendo, por lo que no damos la importancia debida a la CRISIS que dentro de nosotros se está produciendo, a lo que nuestro cuerpo nos está comunicando.
El MIEDO es la razón principal de los ataques de ansiedad, y nos puede llevar a experimentar debilidad, mareo, taquicardias, falta de oxígeno, sudores y otros síntomas.
Yo la experimenté en dos momentos cruciales de mi vida, hablo de ello más detalladamente en mi libro El Silencio, Camino a la Sabiduría. Puedes encontrar el enlace de cómo adquirirlo aquí en mi blog.
En el 2003, debido a una situación familiar que no sabía cómo gestionar, sumada a otras circunstancias, empecé a padecer ansiedad, esta derivó en una depresión por la que tuve que tomar un antidepresivo momentáneamente. Inmediatamente empecé una nueva terapia con mi psicólogo, y unos meses después esta etapa de mi vida quedó superada.
Sin embargo, fue en el 2010, tras mi divorcio, al intentar rehacer mi vida tal y como había sido en el pasado, caí en una crisis profunda que me llevó al punto cero de mi existencia, al vacío total, a la nada. Ya no encajaba profesional, personal ni socialmente, algo dentro de mí funcionaba en el medio de vida al que siempre había pertenecido.
El MIEDO que sentía era muy fuerte, por lo que la ansiedad apareció de nuevo. Tuve momentos de pánico que me cortaban el aire para respirar, aparecían sudores fríos, tensión muscular y temblores. Me sentía muy débil, pensaba que me desplomaría en cualquier momento, en cualquier lugar.
Sin embargo, y a pesar de que durante los primeros meses el médico me recetó un ansiolítico, sabía que la sanación estaba dentro de mí, así comencé lo que sería la terapia más difícil hasta el momento, pero definitiva en mi evolución.
Cada día era una batalla contra mis propios pensamientos, el miedo estaba presente continuamente, pero cuanto más lo afrontaba, cuanto más lo miraba a través de mi corazón, sin huir, sin excusas, más se difuminaba hasta desaparecer en la nada.
Fue entonces que inicié la práctica de la meditación, con la que el dolor empezó a liberarse, al tiempo que me conectaba cada día más con el corazón. Al hacerlo, entraba en un estado de paz que acababa con el miedo, con las historias mentales que no paraban de parlotear, de quejarse.
Fue mi peor momento pero el más dulce también. Pasé por la noche oscura del alma para poder ver el sol de la mañana.
No subestimes nunca una CRISIS, al nivel que sea, porque esta significa cambio, evolución, despertar.
La terapia junto con mis prácticas diarias de meditación y silencio, acabaron definitivamente con la ansiedad para no volver jamás.
Ahora, al igual que hago ejercicio físico para mantener la forma, trabajo para mantener el equilibrio, para estar conectada con mi centro y no ser arrastrada por los continuos desafíos que cada día nos retan.
Sí, al contrario de lo que podamos pensar o nos puedan contar, el camino de sanación siempre es de dentro hacia fuera, no hay otro, nos guste o no, y esto conlleva un trabajo interior a conciencia.
Lo primero que debes saber es que TODO está BIEN, tan solo es un momento personal difícil que vas a superar con éxito con las herramientas adecuadas, con PACIENCIA y VALENTÍA.
NO, la ansiedad no se queda para SIEMPRE, aunque cuando la estamos padeciendo nos da la impresión de que siempre será así.
No, la SOLUCIÓN NUNCA son los ansiolíticos. Quizás son necesarios en un momento dado para salir del bache, mientras aprendemos a gestionar lo que nos está pasando, mientras aceptamos que hay algo que debemos cambiar, mejorar o aceptar. Pero los medicamentos tan solo son un parche momentáneo al problema real, el cual espera para ser solucionado dentro de nosotros.
Cuando la ansiedad persiste y no podemos gestionarla solos, se debe acudir a un buen profesional, de psicología Gestalt si puede ser, recalco, un buen profesional contrastado, para que nos ayude a identificar la razón real de nuestro malestar.
Ahora te voy a dejar dos de los ejercicios que yo misma he utilizado en numerosas ocasiones. Ten paciencia, con la práctica diaria descubrirás beneficios cada vez mayores.
TOMA NOTA: para cualquier cosa que queramos lograr, se necesita CONFIANZA, INTENCIÓN y CONSTANCIA, SÉ CONSTANTE, SÉ CONSTANTE.
EJERCICIO 1
Inspira profundamente, expira suave y lentamente, siendo totalmente consciente de cómo entra y sale el aire.
Cuenta 10 respiraciones, si te distraes o te pierdes vuelve a la respiración tan pronto como te des cuenta, empieza a contar desde 0 otra vez hasta que consigas completar la serie de forma seguida, si no lo consigues, no te preocupes, es normal.
EJERCICIO 2
Siéntate o túmbate en un sitio tranquilo donde no te puedan molestar.
Puedes escuchar música de relajación o meditación. En mi canal encontrarás una lista recomendada que yo misma escucho.
Al tiempo que respiras lenta y profundamente relaja el cuerpo, suelta la tensión con cada expiración.
Cuando aparezcan pensamientos, obsérvalos como si fuesen una película, pero no reacciones a ellos, tan solo observa como un espectador y verás.
Hay más técnicas para relajar la mente y conseguir un estado de paz interior sensacional. Te las iré describiendo poco a poco. También subiré meditaciones de grandes maestros que yo misma he practicado y recomiendo. De momento te dejo el enlace de una de ellas.
¡Cuéntame en comentarios si has experimentado la ansiedad, cuál es tu historia, me encantará leerte!
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Muchas gracias, recuerda que juntas y juntos crecemos, juntas y juntos abrimos nuevas posibilidades para llevar nuestra vida a un nivel superior.
Nos vemos pronto??♥